Electrocardiografía. Interpretación en enfermedad coronaria

Capítulos

• Prólogo
  Efraín Alonso Gómez López

  Prólogo

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  Bienvenidos a una nueva versión y abordaje del electrocardiograma En 1903, el médico holandés Willem Einthoven (1860-1927) inventó el galvanómetro de cuerda, el primer electrocardiograma práctico (el año pasado cumplió 100 años) y por el que más tarde fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina (1924). Einthoven reconoció las características de la señal y les asignó los nombres que aún se usan: onda P, complejo QRS y onda T. El EKG nos aporta una vía para medir y diagnosticar, en forma más objetiva, una enfermedad cardiaca.

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• Anatomía cardíaca
  Walter Gabriel Chaves Santiago, Jesús Arturo Angulo Manchola, Luis Alberto Romero Jaimes

  Anatomía cardíaca

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  El corazón es un órgano esencial para el sistema cardiovascular, cuya formación embrionaria temprana asegura su función de bombeo y la adecuada perfusión tisular. Se localiza en el mediastino medio, con un tamaño similar al de un puño cerrado y un peso aproximado de 250-350 g en hombres y 200-300 g en mujeres. Anatómicamente, posee cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos, junto con cuatro válvulas que regulan el paso de la sangre y mantienen la hemodinámica. Las aurículas son cavidades de paredes delgadas que reciben la sangre venosa a baja presión y cuentan con orejuelas, estructuras con relevancia clínica. En contraste, los ventrículos tienen paredes gruesas y gran capacidad contráctil: el izquierdo impulsa sangre al cuerpo y el derecho hacia los pulmones. Las válvulas auriculoventriculares (mitral y tricúspide) conectan aurículas y ventrículos, evitando el reflujo durante la sístole. Este diseño estructural permite la circulación eficiente y continua de la sangre.

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• Fisiología cardiaca
  Walter Gabriel Chaves Santiago, Jesús Arturo Angulo Manchola, Luis Alberto Romero Jaimes

  Fisiología cardiaca

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  El corazón es el órgano central del sistema circulatorio, responsable de bombear sangre oxigenada y nutrientes a los tejidos mediante las arterias, venas y capilares. Además de su función de bomba, el aparato cardiovascular participa en procesos de homeostasis, señalización química, control de la temperatura y transporte de mediadores inflamatorios y células de defensa. Con cada contracción, el corazón genera un aumento de presión que permite el flujo sanguíneo a través de los vasos. Las arterias transportan sangre a alta presión y bajo volumen, mientras que las venas lo hacen a baja presión y con mayor volumen. En condiciones normales, el volumen total de sangre se mantiene constante, por lo que un aumento en una región implica una disminución en otra. La distribución sanguínea depende del gasto cardíaco del ventrículo izquierdo y de la contracción de las arteriolas. La disposición en serie y paralelo del sistema circulatorio influye en la resistencia, presión y flujo sanguíneo.

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• Síndrome coronario agudo
  Manuel John Liévano Triana, Abraham José Ovalle Ortiz, David Felipe Salazar Peña, Héctor Enrique Ortiz Mendoza, Jainer José Méndez Flórez

  Síndrome coronario agudo

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  Los síndromes coronarios agudos (SCA) comprenden el infarto de miocardio (IM) y la angina inestable (AI). El IM se define como la necrosis del cardiomiocito en el contexto de isquemia miocárdica aguda, evidenciada por la liberación de troponina, siguiendo la cuarta definición de infarto. En contraste, la AI corresponde a episodios de isquemia miocárdica, en reposo o durante esfuerzo, sin lesión ni necrosis celular. El diagnóstico inicial de los SCA se realiza con el electrocardiograma (ECG), lo que orienta el tratamiento, y posteriormente con la medición de troponinas. El infarto agudo de miocardio (IAM) puede originarse en un evento aterotrombótico (tipo 1) o en otras causas de isquemia y necrosis (tipos 2 a 5). Además, se distingue la lesión miocárdica, caracterizada por liberación de troponina sin criterios de IM, que puede deberse a condiciones como miocarditis, sepsis, miocardiopatía de Takotsubo, enfermedades valvulares, arritmias o insuficiencia cardíaca.

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• Síndrome coronario agudo
  Manuel John Liévano Triana, Abraham José Ovalle Ortiz, David Felipe Salazar Peña, Héctor Enrique Ortiz Mendoza, Jainer José Méndez Flórez

  Síndrome coronario agudo

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  El síndrome coronario crónico (SCC) comprende un grupo de entidades relacionadas con la enfermedad arterial coronaria (EAC), que puede ser obstructiva o no obstructiva, con o sin antecedente de infarto agudo de miocardio (IAM). Incluye a pacientes dados de alta tras un síndrome coronario agudo (SCA) o después de procedimientos de revascularización, así como aquellos con disfunción ventricular izquierda, EAC sospechada o conocida, o cardiomiopatía isquémica. También abarca casos de angina estable, caracterizada por dolor torácico de corta duración que no aparece en reposo, y equivalentes anginosos como disnea o dolor en miembros superiores inducidos por esfuerzo. Igualmente, contempla pacientes con síntomas de angina asociados a espasmo coronario o angina microvascular. El diagnóstico de SCC se apoya en pruebas complementarias como angiografía por tomografía computarizada, ecocardiograma de estrés o estudios de perfusión miocárdica, siempre bajo criterio médico, lo que permite identificar y manejar de manera integral estas condiciones cardiovasculares crónicas.

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• Interpretación del electrocardiograma en enfermedad cardiovascular
  Sergio Andrés Fuentes París, Rodolfo Vega Llamas, Carlos Adolfo Ávila Ruíz

  Interpretación del electrocardiograma en enfermedad cardiovascular

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  La cascada fisiopatológica coronaria inicia con el depósito de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la pared vascular, donde sufren oxidación y promueven la entrada de monocitos que se transforman en macrófagos, originando estrías grasas. Este daño endotelial facilita la adhesión de plaquetas y el crecimiento progresivo de la placa aterosclerótica. Con el tiempo, la tensión sobre la placa puede ocasionar su ruptura, lo que desencadena un nuevo reclutamiento de plaquetas y glóbulos rojos, favoreciendo la obstrucción trombótica aguda de la arteria coronaria. La irrigación sanguínea adecuada es esencial para prevenir lesión, necrosis y daño celular. Una interrupción súbita del flujo coronario genera isquemia localizada, visible en el electrocardiograma como alteraciones en la onda T. Estos cambios iniciales de isquemia y lesión aparecen en los primeros 30 minutos y son potencialmente reversibles si se interviene oportunamente. De allí la importancia de una interpretación precisa y rápida del trazado electrocardiográfico en el contexto clínico.

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• Otras causas de elevación del segmento ST
  Antonio Saltarín Bilbao, Carlos Alfonso Madariaga Carocci, Paula Daniel Nieto Zambrano

  Otras causas de elevación del segmento ST

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  El diagnóstico diferencial de la elevación del segmento ST representa un desafío clínico en distintos escenarios, desde el servicio de urgencias hasta la unidad de cuidados intensivos y el seguimiento ambulatorio. Aunque la elevación del ST suele asociarse con el infarto agudo de miocardio, existen otras condiciones que pueden producir hallazgos similares en el electrocardiograma y que deben considerarse cuidadosamente para evitar diagnósticos erróneos. Entre las principales causas no relacionadas con infarto se encuentran la pericarditis, la hipertrofia ventricular izquierda (HVI), el bloqueo de rama izquierda del haz de His, el aneurisma del ventrículo izquierdo, la hiperpotasemia, la repolarización precoz, el síndrome de Brugada y la presencia de marcapasos. Identificar estas entidades exige conocimiento, pericia y una adecuada correlación clínica con el electrocardiograma, pues de ello depende un tratamiento oportuno y preciso que reduzca complicaciones y optimice el pronóstico del paciente.

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• Arritmias en contexto de síndrome coronario agudo
  Sergio Andrés Fuentes París, Abraham José Ovalle Ortiz, David Felipe Salazar Peña

  Arritmias en contexto de síndrome coronario agudo

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  A pesar de los avances en diagnóstico y tratamiento, las arritmias cardíacas y la muerte súbita continúan afectando a entre 180.000 y 250.000 personas al año, principalmente con enfermedad arterial coronaria. El infarto de miocardio (IM) es una causa clave, pues la lesión isquémica genera necrosis reemplazada por tejido fibrótico, lo que altera la conducción y favorece arritmias ventriculares. Estas complicaciones se presentan tanto en el IAM con elevación del ST (IAMCEST) como sin elevación (IAMSEST), y requieren atención inmediata. Aunque su incidencia ha disminuido con la reperfusión, persisten en pacientes sin tratamiento oportuno, especialmente con fracción de eyección ventricular izquierda reducida. Las arritmias post-IM pueden ser tempranas (2–30 minutos tras la oclusión), tardías (24–72 horas) o de reperfusión, asociadas a la llegada de metabolitos tóxicos y estrés oxidativo. Entre ellas, el ritmo idioventricular acelerado es la más común; su ausencia suele indicar mal pronóstico y periodos prolongados de isquemia.

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• Utilidad del electrocardiograma en el seguimiento de los pacientes con enfermedad arterial coronaria
  Sergio Andrés Fuentes París, Edwar Ferney Ortiz Henao

  Utilidad del electrocardiograma en el seguimiento de los pacientes con enfermedad arterial coronaria

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  La enfermedad coronaria es la principal causa de muerte por enfermedades crónicas no transmisibles y prevenibles en el mundo. Su incidencia ha aumentado especialmente en países en desarrollo debido a cambios en el estilo de vida que incrementan el sedentarismo, tabaquismo y obesidad.

  El impacto es alto no solo en adultos mayores, sino también en personas jóvenes, lo que reduce los años de vida laboral y genera un gran costo a los sistemas de salud, constituyéndose en un grave problema de salud pública.

  De acuerdo con la OMS, en 2019 murieron 17,9 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, de las cuales 8,9 millones correspondieron a enfermedad coronaria, representando el 32% de todas las muertes globales. En Colombia, la tasa fue de 150 muertes por cada 100 000 habitantes, y el 53,3 % se atribuyó a enfermedad coronaria.

  Los sobrevivientes de infarto de miocardio (IM) presentan un alto riesgo de recurrencia y una morbimortalidad hasta cinco veces mayor que la población general, lo que hace esencial un seguimiento clínico estricto y tratamiento oportuno.

  El electrocardiograma (ECG) es una herramienta accesible y de bajo costo que permite detectar cambios de mal pronóstico, orientar la intensificación terapéutica y revelar infartos silentes o progresión de la enfermedad. Se recomienda realizarlo al menos una vez al año en pacientes con enfermedad estable y de forma prioritaria en aquellos con nuevos síntomas o empeoramiento clínico.

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